Mundo. Dosier: Las agencias de calificación crediticia.
Las agencias de calificación
crediticia son entidades privadas cuya función principal es dar una valoración del riesgo de crédito de una
compañía o producto financiero a través de una serie de calificaciones ('ratings'). Estas evaluaciones son utilizadas
en los mercados de capitales como referencia a la hora de tomar decisiones de
inversión.
Las agencias de calificación crediticia aunque necesarias para proporcionar información a los agentes del mercado financiero provocan también graves problemas para la economía mundial debido a una serie de factores: su alto grado de oligopolio al estar concentrada la actividad en unas pocas grandes empresas, su control accionarial por unos grupos empresariales que logran un poder excesivo, y la falta de control por las autoridades financieras sobre su gestión y nivel de calidad en los servicios.
Las tres grandes agencias de calificación crediticia son Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch, que controlan el 95% del mercado mundial, están en manos de un pequeño grupo de grandes inversores, a menudo en dos o las tres agencias a la vez, de nacionalidades estadounidense, británica y, en menor grado, otras europeas. Es por esto que se las ha criticado a menudo por ser pro-anglosajonas y ciertamente la gran mayoría del capital está en sus manos y responden a las instituciones de control de EE UU y Reino Unido fundamentalmente, lo que da a estos Gobiernos una ventaja comparativa indudable a la hora de presionar a estas agencias para que sean benévolos en sus juicios.
La peor crítica, sin duda la más certera, es que incurren en una contradicción inevitable: cobran de las mismas empresas y los mismos países a los que estudian y califican, lo que disminuye su independencia.
Además, al pertenecer a grandes conglomerados financieros y vender otros productos a las mismas empresas que califican, es difícil establecer 'muros internos' en su gestión, que puede estar contaminada por otros intereses que no sean la máxima transparencia y rigor en la calificación de los riesgos crediticios.
Finalmente, los economistas las han criticado desde hace muchos años por ser pro-cíclicas en sus predicciones: cuando la economía va bien son muy positivas lo que acrecienta el optimismo y rebaja la prudencia de los inversores, y cuando la economía va mal son muy negativas lo que hunde el ánimo de los inversores y retroalimenta las crisis.
Un editorial, Agencias en entredicho [“El País” (7-II-2013)] resume la visión de los partidarios de una reforma que ataje los privilegios de las agencias:
‹‹El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha presentado una demanda contra la agencia de calificación Standard & Poor’s (S&P) por la que pretende demostrar ante un tribunal de Justicia que la agencia sobrevaloró a sabiendas la nota de los paquetes de deuda estructurados con hipotecas basura, engañó a los inversores y causó unas pérdidas de más de 3.700 millones de euros. Es evidente que esta práctica, consistente en minusvalorar el riesgo de productos complejos, en ocasiones fabricados bajo la asesoría de las propias agencias, contribuyó a hinchar la burbuja financiera y a detonar una crisis económica global.
La justicia estadounidense pretende demostrar, basándose en informaciones y correos electrónicos de analistas y directivos de S&P, que la agencia conocía las consecuencias de sus desmesuradas calificaciones; y que, a pesar de ser consciente de los efectos destructivos de su política, siguió aplicándola para contentar a los emisores y ganar cuotas de mercado. Hasta ahora, las agencias de rating han defendido sus decisiones ante la Administración y los inversores atrapados por la crisis con dos argumentos. El primero es que sus análisis fueron erróneos, pero en la misma proporción en la que se equivocaron las instituciones económicas, como la Reserva Federal u otros servicios de predicción y estudios; no hubo tergiversación intencionada de la realidad para aumentar sus ingresos. El segundo, que la decisión de invertir corresponde siempre a los clientes; en ningún caso a la agencia.
Pero la nueva estrategia de la justicia estadounidense ataca precisamente la presunción de que no puede probarse intencionalidad en los errores de calificación. Los mensajes descubiertos por los investigadores van en la dirección adecuada para desmontar los argumentos de las agencias. Si la demanda de la fiscalía triunfa y demuestra que sí hubo ánimo de engañar, las consecuencias para el sistema global de calificación de activos serán devastadoras.
En ese caso, los Gobiernos tendrían precedentes para reclamar cuantiosas sumas como reparación a los engaños sufridos por los inversores. Además, las autoridades económicas estarían obligadas políticamente a reformar la estructura de negocio de las empresas del ramo (S&P, Moody’s, Fitch); y esa reforma tendría que establecer como pilar fundamental que las agencias están para servir información relevante a los compradores o clientes de emisiones. En ningún caso el calificador puede arrogarse la defensa de los intereses de los emisores. No podría darse ya la práctica habitual de que sean los emisores quienes sufraguen la calificación de sus emisiones. La reforma también tendría que radicalizar, hasta el límite de segregar la propiedad, la separación societaria entre la actividad de asesoría o recomendaciones y la de rating. Sería el fin de una forma de entender la calificación financiera.››
FUENTES.
Internet.
Documentales / Vídeos.
Las agencias de calificación crediticia. AFP (2017). 1:12. [https://www.youtube.com/watch?v=acbFLrVuNiU]
¿Qué y cuáles son las agencias de calificación crediticia? (2021). 3:46. [https://www.youtube.com/watch?v=pzHhu2lPYQk]
Noticias.
González, Alicia. La crisis pasa de largo para las agencias de calificación. “El País” (22-I-2012) 25. Standard & Poor’, Moody’s y Fitch aumentan sus beneficios en 2011.
Fernández, David. Suspenso a las agencias de calificación. “El País” (3-XII-2013) 24. El supervisor bursátil europeo (ESMA) advierte sobre graves errores.
Redacción. La UE sigue sin tener agencia de calificación propia. “El País” (6-IV-2015) 24.
Doncel, Luis. Las agencias de calificación se resisten a dar por concluida la crisis europea. “El País” (11-XII-2017).
Análisis y opiniones.
Estefanía, Joaquín. Vigilados y rendidos. “El País” (16-I-2012) 29. Critica el oligopolio de las tres grandes agencias de calificación crediticia, Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch, que controlan el 95% del mercado mundial.
Editorial. Cómplices de la recesión. “El País” (23-I-2012) 24. Critica las agencias como grandes responsables de la crisis y de su empeoramiento actual.
Editorial. Agencias en entredicho. “El País” (7-II-2013) 26.
Editorial. Agencias calificadas. “El País” (3-XII-2013) 30.
Sánchez Pedroche, José Andrés. Y en estas vinieron las agencias de ‘rating’. “El País” Negocios 1.427 (10-III-2013) 21.
Axesor.
Redacción. Axesor otorga un aprobado alto a la deuda soberana de España. “El País” (27-X-2018). La firma española se estrena en la calificación de deuda pública.
Fitch.
Internet.
Noticias.
González, Alicia. Fitch adelanta una nueva rebaja de la nota de España y de otras cinco economías europeas. “El País” (20-I-2012) 20. La agencia pide que se recorte el gasto en sanidad y educación.
Moody's.
Internet.
[https://es.wikipedia.org/wiki/Moody's]
Standard & Poor’s.
Internet.
Noticias.
Pozzi, Sandro. Estados Unidos contra Standard & Poors. “El País” (6-II-2013) 22. La fiscalía demanda a la agencia por un supuesto fraude de más de 3.700 millones al inflar la calificación de la deuda estructurada con hipotecas basura.
Análisis y opinión.
Fernández, David. Myriam Fernández de Heredia / Responsable de ratings soberanos de Standard & Poor’s. ‘Solo damos un 30% de opciones a la secesión de Cataluña’. “El País” Negocios 1.576 (24-I-2016) 19.
No hay comentarios:
Publicar un comentario